domingo, 28 de septiembre de 2008

AFP Acumulan Pérdida del Quinto de su Fondo

Manuel Riesco en su cruzada por transparentar los errores de las AFP

Las autoridades estadounidenses han dicho que la crisis se hará sentir en un mayor desempleo, en la disminución de los fondos de jubilación, en más pobreza y en la ruptura de confianzas que serán difíciles de reponer. Ello comprimirá la demanda y el consumo, por lo que economías como la chilena también se verán impactadas al afectar a sus exportaciones y en la baja de precios de los commodities. ¿Comparte esos temores?

La economía chilena es muy vulnerable porque depende del precio del cobre y unos pocos commodities; además, es muy abierta y pequeña. El efecto más evidente será el pinchazo de la "súper burbuja especulativa" como la ha llamado George Soros que infló los precios del petróleo, materias primas y alimentos. Eso se hará sentir muy rápido. También afectará la contracción de la demanda mundial.

El escenario que espera a la economía chilena es una fuerte reducción del crecimiento y aumento del desempleo, si es que logra evitar una recesión.

¡Los fondos de pensiones han sido hasta ahora los primeros afectados, ¡y vaya en qué magnitud!

En Chile, las autoridades económicas han insistido en que la economía local tiene fortalezas y un blindaje que impedirá efectos directos de la crisis financiera. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

Efectivamente hay abundantes reservas. Sin embargo, hay que considerar que el ciclo interno que se inició en 1997 ha llegado asimismo a su punto más elevado e inevitablemente deberá empezar a bajar. A simple vista se percibe un momento de boom. En estas condiciones le caerá encima una considerable baja del precio del cobre y las exportaciones principales y una fuerte contracción del crédito. El efecto será muy severo y, lamentablemente, las autoridades están agravando la situación con una política contractiva fruto de un diagnóstico equivocado. Ojalá todas ellas pongan sobre su escritorio una foto de Massad, que le prestó su nombre a la crisis anterior.

Los fondos de las AFP chilenas invertidos en el exterior están sufriendo pérdidas. ¿De qué volumen estamos hablando?

Hasta el 21 de septiembre las pérdidas alcanzaban a 19.947 millones de dólares de hoy, equivalentes a un 17,7% de su valor máximo alcanzado el 25 de julio de 2007. El fondo A ha perdido un 26,4%, y el B un 20,73%. La Superintendencia de Pensiones ha reconocido que en doce meses, a agosto el fondo A perdió un 13,76%; sin embargo, esa cifra no considera las enormes pérdidas en las que ya había incurrido el fondo en agosto de 2007, ni las que sobrevinieron luego en septiembre de 2008. Lo más probable es que antes que termine la crisis las pérdidas suban mucho más. Hay que considerar, además, que una pérdida de 50% anula una ganancia previa de 100%.

¿Cómo se distribuyen los fondos de las AFP chilenas colocados en los mercados globales? ¿Qué riesgos tienen? ¿Hay seguros que den tranquilidad a los ahorrantes?

A agosto de 2008, un 68% estaba en el país y un 32% en el extranjero. Un 48% estaba en renta variable y un 52% en renta fija. La renta variable y la extranjera que es toda variable se han reducido mucho en los últimos meses, porque concentran las enormes pérdidas sufridas. Lo grave es que muchos están en instrumentos de dudosa liquidez. Por ejemplo, al inicio de la crisis un 8,5% de los fondos externos estaban en una financiera llamada Dimensional Fund Advisors. ¿Cuánto valen hoy esos papeles?, ¿se pueden recuperar esos dineros? La caída de Lehman Brothers la semana pasada ha afectado a los fondos chilenos en varias decenas de millones de dólares de modo inmediato, y probablemente esos coletazos serán mucho más fuertes todavía.

¿Cómo explica que en Chile las AFP estén recomendando a sus afiliados que no se cambien del tipo de fondos en que están puestos sus ahorros?

Es una soberana tontería, por decir lo menos. Recomiendan no moverse porque son inversiones de largo plazo que luego se van a recuperar. Agregan que no importa perder ahora porque han venido ganando mucho.

¿Pero para qué perder millones si se pueden resguardar en la seguridad del fondo E mientras pasa la tormenta? ¡Es masoquismo puro!

Me gustaría preguntar a quienes hacen esta recomendación dónde tienen sus propios fondos. No me extrañaría que la mayor parte de los directores y ejecutivos de AFP los tuvieran a buen recaudo en el E desde hace un año. Sería lo racional, por lo demás. La gente que está a salvo en el fondo E tiene un saldo más de seis veces el promedio general. Ello porque son personas de más edad, pero asimismo porque son los de mayores ingresos, que a la vez son los más informados y se han cambiado a tiempo. Hacerlo es una verdadera odisea, porque las AFP ponen toda suerte de obstáculos, respuestas grabadas, password y gabelas. Está bien que se protejan, pero parece muy injusto que al mismo tiempo se recomiende al resto hacer la pérdida. Probablemente lo hacen para evitar los trastornos de un traslado masivo que sólo puede ser ordenado si lo dirige el Gobierno interviniendo los fondos, lo que tampoco parece dispuesto a hacer.

¿El Gobierno debería adoptar medidas para cautelar los ahorros previsionales de los chilenos? ¿De cuántas personas potencialmente afectadas se trata?

Más de 1,3 millones de afiliados están en el fondo A y 3,9 millones en el B. Han perdido millones de pesos cada uno. Miles han perdido decenas de millones. Sólo los 56 mil afiliados menos del 1% del total que tienen sus fondos en el E no han perdido nada. Desde CENDA hemos advertido de esta situación desde hace más de un año y solicitamos al Congreso y autoridades investigar el monto real de las pérdidas e intervenir los fondos para replegarlos ordenadamente a inversiones seguras en Chile. Esto hoy tiene más vigencia que nunca. ¡Hay que actuar de inmediato!

Si lo hubieran hecho no estaríamos lamentando que se hayan esfumado ¡20 mil millones de dólares, casi un quinto del fondo! ¡Las pérdidas equivalen a dos tercios del presupuesto del Estado!

¿Hay salida a más largo plazo?

En una perspectiva más tranquila hay que pensar en reformar este sistema que desvía los descuentos a los salarios, que supuestamente deben financiar pensiones, hacia especuladores financieros que ahora los están perdiendo a manos llenas, aparte que las AFP y compañías de seguros se han quedado con uno de cada tres pesos cotizados por administrar este desastre, ¡y en estos días han tenido la desfachatez de subir las comisiones!

La quiebra de AIG pone de manifiesto lo expoliador que es ese sistema: su filial Interamericana se ha apropiado de los fondos de miles de afiliados que han contratado rentas vitalicias ¡Y ahora resulta que los ha perdido jugando a la ruleta!

La solución es clara y la aplican todos los países desarrollados, y Chile antes de Pinochet-José Piñera: para dar buenas pensiones, definidas y seguras, a poblaciones mucho más maduras que la nuestra, hay que restablecer gradualmente un pilar previsional de reparto en base a cotizaciones patronales moderadas, que complemente las pensiones AFP y garantice a todos jubilaciones de por vida al menos equivalentes a las que hubiesen percibido del INP. Adicionalmente hay que reformar a fondo el sistema de administración, afiliando a todos en el sistema público, que a bajo costo puede cobrar, administrar cuentas, pagar y manejar un sistema de gestión de ahorros similar al sueco, donde hay más de 600 administradoras, incluyendo una estatal, que cobran muy barato por este último servicio. La factibilidad de esta solución fue presentada por CENDA a la Comisión Marcel.


“Stiglitz merece el Nobel de comunicador”

–El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dijo esta semana que la actual crisis del sistema financiero es al capitalismo como la caída del Muro de Berlín al socialismo del siglo pasado. ¿Es así de profunda esta crisis?

–Stiglitz merece el Nobel no sólo de Economía, sino el de comunicador. Existen los paralelos que señala. Se trata de la crisis financiera más grande de la historia; sin embargo, el capitalismo la va a superar como lo ha hecho con las 30 que le precedieron. Lo que no va a sobrevivir a esta crisis, como ha dicho Eric Hobsbawm, es la locura que el mercado lo resuelve todo.

La “era Reagan terminó en EEUU el 15 de septiembre de 2008”, ha escrito el “Financial Times”.

La era neoliberal terminó, asimismo, en el mundo entero, aunque algunos todavía no se dan cuenta. Sin embargo, el capitalismo no va a durar por toda la eternidad, y en ese sentido el socialismo, o como se llame el régimen que lo sucederá inevitablemente en algún momento, tampoco murió con la caída del Muro de Berlín.

–Hay un debate sobre con qué otra crisis se puede comparar ésta; algunos lo hacen con la Gran Depresión de 1929. ¿Tiene esta crisis características particulares que no se hayan conocido en situaciones anteriores?

–Lo más relevante son sus dimensiones ¡inmensas! La “corrida” no tiene precedentes: sólo en el curso de la semana pasada, por ejemplo, los inversionistas retiraron 200 mil millones de dólares sólo uno de los mercados “sombra”, los llamados fondos de liquidez. Por otra parte, las pérdidas ya reconocidas alcanzan a 500 mil millones de dólares, el FMI ha estimado que superarán el billón y muchos economistas consideran que pueden llegar a dos o tres. El neoliberalismo se está hundiendo en una hecatombe sólo comparable a la que enterró al liberalismo clásico en 1930.

–¿La intervención del Gobierno de EEUU en el mercado financiero será capaz de evitar el efecto dominó e impedirá que la crisis se traslade a la economía real?

–Para aminorar el impacto tiene que enfrentar los dos problemas que afectan a la banca, la normal y la “sombra”: iliquidez e insolvencia. Para la primera le han inyectado dinero público masivamente. La segunda significa que tiene más pasivos que activos, por lo cual requiere una capitalización gigantesca que a estas alturas sólo puede hacer el Estado. Éste se verá obligado a nacionalizar el grueso de la banca, como ya lo ha hecho con los gigantes hipotecarios, de seguros y varios bancos menores. Y no sólo en EEUU. Ese parece el escenario más probable.


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