miércoles, 10 de agosto de 2016

El día que Joseph Stiglitz definió al sistema de AFP como un "fracaso"

 Por Jimena Catrón Silo 
Hace poco más de un año, el 16 de junio para ser más exactos, el premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, participó -vía videoconferencia-, en un seminario en nuestro país organizado por la comisión Bravo. 
Y decidió escoger esa ocasión para referirse al sistema de pensiones chileno, creado por el economista y ex ministro del régimen militar, José Piñera. 
Y no tuvo reparos en manifestar que la crisis económica de 2008 demostró que era un fracaso. "La crisis fue un cataclismo, del cual aprendimos mucho sobre el manejo de riesgo y los mercados financieros. 
Sin embargo, incluso antes de la crisis, el rol de los fondos de pensiones privados estaba sobrevalorado", señaló el economista, quien agregó que los países que habían fundado su sistema en el modelo de tres pilares (solidario, contributivo obligatorio y voluntario) debían pensar, seriamente, en reformularlo, hecho que la misma crisis, a su juicio, se había encargado de confirmar. 
"Chile debiese estar sumamente preocupado por tener un sistema de pensiones privado, ya que es uno de los países más desiguales de la OCDE y ese modelo genera mayor desigualdad", planteó el economista estadounidense, agregando que Chile debiera tomar un camino que lo aleje "del segundo pilar del sistema privado". 
En ese sentido, Stiglitz recomendó reforzar el Pilar Solidario, el cual "es necesario para evitar pobreza en la vejez y asegurar un nivel mínimo de seguridad. Se debería crear un segundo pilar público, que debe tener un componente de redistribución importante y debe haber un elemento de suavidad intergeneracional que evite la relativa pobreza en la vejez", sostuvo, puntualizando que podría tener el carácter de voluntario. 
"La situación actual no es adecuada, ni en Chile ni en el mundo", aseguró, destacando que hay sistemas alternativos que han sido exitosos. Stiglitz ejemplificó que en el mundo hay 23 países que privatizaron sus sistemas de 1/3 pensiones, pero siete de ellos ya revirtieron su decisión y muchos lo están reconsiderando. 
"Esto me lleva a mi recomendación de políticas: lo que necesitan (en Chile) es un primer pilar más fuerte. Es más necesario para evitar pobreza en la vejez y asegurar un nivel mínimo de seguridad. Se debería crear un segundo pilar público, que debe tener un componente de redistribución importante y debe haber un elemento de suavidad intergeneracional que evite la relativa pobreza en la vejez", sostuvo. 
"Estos sistemas de pensión públicos tienen bajos costos de transacción y muy buen servicio al cliente", dijo en relación a experiencias como la de los Países Bajos y Noruega. 
Además, el economista también presentó el caso de Canadá, donde crearon un fondo gubernamental que tiene independencia, altos retornos, baja volatilidad y costos de transacción e incluso es inmune a la influencia política. 
"Esto es posible lograrlo", indicó. 
Su paper y los mitos En 1999, Stiglitz presentó frente a un foro del Banco Mundial, el paper "Repensando la forma a las pensiones: diez mitos sobre los sistemas de seguridad social", en el que trabajó junto al banquero, economista y vicepresidente de Lazard, Peter R. Orszag. 
En éste, ambos académicos señalaron que muchos de los mitos que existirían actualmente se originan en el hecho de que no se distinguen cuatro aspectos básicos de un sistema de pensión. 
En particular, la mayoría de las discusiones de los sistemas de cuentas individuales confundirían la privatización, el pre-fondeo (acumulación de activos contra futuro pagos de pensiones), la diversificación y la diferencia entre beneficio esperado versus aporte entregado. 
"Cualquier combinación de estos cuatro elementos es posible. De hecho, en la práctica, todos estos elementos contienen espectros de opciones - por lo que es particularmente importante examinar los detalles específicos de las instituciones. Un modelo idealizado posiblemente nunca va a poder ser realizado, ya que y las opciones se caracterizan inevitablemente por grados de gris en lugar de ser negro o blanco. Por ejemplo, un sistema público es el que se organiza y se administra principalmente por el Gobierno; un sistema privado es el que se organiza y se administra principalmente fuera del gobierno.
Sin embargo, un sistema público puede integrar algunas empresas privadas, como por ejemplo que sean integrados como administradores de capital para un fondo de "confianza pública". Del mismo modo, un sistema privado probablemente implica algún papel público, al menos en la aplicación de su leyes y normas", señala el estudio. 
2/3 Respecto de la diferencia entre el beneficio esperado y los aportes entregados, el documento consigna que esa relación no es tan pura como puede creerse inicialmente. "De hecho, un plan de beneficios definido podría ser pensado como un plan de contribución establecida que se coordina con una combinación adecuada de opciones para eliminar el riesgo residual para el trabajador.Los híbridos entre prestaciones definidas y planes de aportaciones definidas no sólo son posibles en teoría, sino que existen en la realidad". 
Ya en la conclusión, Stiglitz señala que los sistemas públicos de pensiones con financiación insuficiente representan una amenaza potencial para la solidez fiscal, y en general, para la estabilidad económica de muchos países en desarrollo. Un movimiento hacia las pensiones de aportación definida de gestión privada puede ser o no tener un efecto adverso sobre el ahorro, el bienestar, la oferta de trabajo, o el balance fiscal. 
Hemos identificado una serie de factores que afectan el resultado en cualquier país, independiente que sea desarrollado o no; por otra parte, la presencia de una mayor volatilidad y la ausencia de distintos tipos de mercados financieros hace que sea necesario contar con seguros que garanticen los beneficios definidos.
"El debate sobre la reforma de las pensiones se beneficiaría sustancialmente de una mirada más amplia del segundo pilar, que debería incorporar un diseño adecuado de los planes de beneficios. Un segundo pilar de gestión privada no siempre es lo óptimo", dice el documento, el cual consigna la importancia de que el mundo político logre tener una mirada a largo plazo, para no tomar medidas con efecto acotado. 
"Es necesaria una perspectiva más amplia, la cual permitiría a los políticos sopesar adecuadamente todas las ventajas y desventajas que enfrentan, incluyendo las del sistema privado, frente a los sistemas públicos", dice

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