Desde
que en el año 1981 se cambió el sistema previsional en Chile, pasando
de un sistema de reparto, solidario y público, a un sistema de
capitalización, individualista y privado, los trabajadores en Chile han
perdido toda dignidad para poder hacer frente a su vejez.
No
podemos olvidar las grotescas y mentirosas promesas que se mencionaron
en aquellos años, señalando que el sistema de reparto por su lógica
solidaria, era un sistema en banca rota, que no tenía sustento en el
futuro y que se hacía necesaria la creación de un sistema robusto
privado, que pudiera mejorar las pensiones de los habitantes, el sistema
antiguo hasta ese momento entregaba a los trabajadores en promedio
pensiones que fluctuaban en torno al 75% de las últimas remuneraciones
percibidas.
“La
pensión de vejez no llega ni a los 155 mil pesos y el promedio de las
jubilaciones en Chile es apenas de $176.663. Con ello, queda en
evidencia que luego de 31 años de funcionamiento de este sistema, un
chileno al jubilar queda condenado a la pobreza”.
Hoy,
con gran indignación para la ciudadanía la Superintendencia de
Pensiones nos informa, que las jubilaciones que reciben nuestros
compatriotas son equivalentes a un tercio del promedio de su ingresos
percibidos al jubilar, es así como la pensión de vejez, que cerca de 400
mil chilenos cobran mensualmente, en promedio no llega ni a los 155 mil
pesos y el promedio de las jubilaciones en Chile es apenas de $176.663.
Con ello, queda en evidencia que luego de 31 años de funcionamiento de
este sistema, un chileno al jubilar queda condenado a la pobreza y una
chilena al jubilar queda aún más pobre que él, ya que de acuerdo a este
sistema perverso, ella si hace el mismo trabajo que un hombre, ganando
el mismo sueldo y trabajando la misma cantidad de años, obtendrá una
jubilación de un tercio menos que su colega, un escándalo más de nuestro
sistema previsional.
Todo
ello, porque cuando se cambió a este sistema privado, para hacer el
cálculo de la pensión se incorporó un indicador, la esperanza de vida, y
se dijo que había que castigar a las mujeres por el hecho de que ellas
viven más, allí a uno le surge la inquietud será que en los seres
humanos la condición fundamental para vivir más es el hecho de ser
hombre o mujer, la respuesta claramente es NO, la principal razón para
que una persona viva más que otra, tiene que ver con su calidad de vida,
o sea con su nivel de ingreso y es así que la estadísticas del INE lo
ratifican.
Un
habitante de las Condes vive en promedio 9 años más que uno de Osorno y
uno de Vitacura casi 10 años más que uno de La Pintana, pero
paradojalmente a los más ricos no se les castiga con disminución de sus
pensiones, eso es sólo para las mujeres, así indirectamente las mujeres
más pobres subvencionan las pensiones de los hombres más ricos.
“Hoy
nuevamente nos tratan de engañar manipulando de manera grotesca los
principales medios de comunicación, haciendo creer a los chilenos que
los sistemas de reparto son los causantes de la crisis en los países de
Europa, cuando es evidente que la principal causa son las desastrosas
políticas desreguladas de las banca privada”.
Pensar
que al modificar el sistema en plena dictadura las FF.AA, que obligaron
a los trabajadores a cambiarse para engrosar las filas de las AFPs,
fueron los únicos que no aceptaron este nuevo modelo para ellos y se
mantuvieron en el sistema antiguo y hoy gozan de buenas pensiones. Hoy
nuevamente nos tratan de engañar manipulando de manera grotesca los
principales medios de comunicación, haciendo creer a los chilenos que
los sistemas de reparto son los causantes de la crisis en los países de
Europa, cuando es evidente que la principal causa son las desastrosas
políticas desreguladas de las bancas privadas que a la hora de perder
sus dineros recurren apresuradamente al cobijo del Estado.
En
la actualidad, ningún país con sistema de reparto tiene números rojos a
raíz de su modelo de pensiones, cosa que Chile no puede decir, entre
los años 1981 y el 2009 el 60% del gasto para pagar pensiones que
hicieron las AFPs y Compañías de Seguros relacionadas, se hizo con
dineros públicos, o sea tenemos un sistema que es una enorme carga para
el Estado de un 60% y en el que toda la ganancias son absorbidas por las
inescrupulosas AFPs y Compañías de Seguros.
“El
1,6% promedio que cobran por administración, equivale en realidad al
14% del dinero que me manejan y por ello ofrecen una rentabilidad que es
la mitad de lo que cobran en el mejor de los casos, un escándalo”.
Este
sistema previsional es extremadamente caro para el ciudadano, es así
que uno de cada 3 pesos que cotiza se los embolsan las AFPs o Compañías
de Seguros, un verdadero escándalo y ello como ocurre, bueno en primer
término por las altas comisiones y costos de administración, mes a mes
nos descuentan de manera obligatoria entre un 11,14% a 12,36 % las AFPs,
de ello un 10% va a parar a nuestra cuenta individual y el otro 1,14 a
2,36 (dependiendo en que AFP me encuentre) es el cobro que nos hacen
para obtener una supuesta rentabilidad que fluctúa entre valores
negativos a un 7%, allí no perderse pues el cobro que nos hacen hay que
ponderarlo sobre el dinero que ellos administran, no en relación a mi
sueldo, es así que el 1,6% promedio que cobran por administración,
equivale en realidad al 14 % del dinero que me manejan y por ello
ofrecen una rentabilidad que es la mitad de lo que cobran en el mejor de
los casos, un escándalo.
“En
el período entre 1982-2008: cobraron $12.7 millones de millones y
pagaron $7.4 millones de millones, es decir, se embolsaron la
despreciable suma de $5.3 millones de millones…”.
A
ello, se suma que ganan dinero a manos llenas, pues la diferencia entre
primas de rentas vitalicias cobradas y rentas vitalicias efectivamente
pagadas es enorme, así en el período entre 1982- 2008: Cobraron $12.7
millones de millones y pagaron $7.4 millones de millones, es decir, se
embolsaron la despreciable suma de $5.3 millones de millones, el mismo
mecanismo ocupan para ganar con la diferencia entre primas efectivamente
pagadas en los seguros de invalidez y sobrevivencia y seguros
efectivamente pagados.
Si
vemos quienes ganaron durante los primeros 25 años de funcionamiento
del sistema, una vez más son los mismos de siempre, la mitad de los
fondos invertidos en Chile esos años, son invertidos en 5 grupos
económicos, Grupos Santander, Luksic, Yarur, Endesa y BBVA, entre ellos
dueños de AFP y Cía. de Seguros.
El
abuso es mayúsculo, pues este sistema nunca se pensó para entregar
pensiones, sino mas bien fue un audaz mecanismo de acumulación de
capitales, ideado en un momento de crisis, para entregarles de manera
barata recursos a los principales grupos económicos en Chile y que tanto
la concertación como la derecha han seguido manteniendo.
“Si
el Estado asumiera las jubilaciones, se podría aumentar de manera
inmediata en 120 mil pesos la jubilación a todos los pensionados de
Chile o se podrían construir más de 200 mil viviendas sociales cada año,
también se solucionaría el problema de la educación, entre otros
problemas a nivel país”.
¿Qué
hacer? El camino lo mostró Argentina, hay que acabar con el escándalo
que es este sistema, así si hoy día terminamos con las AFPs. El Estado
podría asumir todos los compromisos de jubilaciones futuras pactados
tanto por él como por AFPs y Compañías de Seguros, para no perjudicar a
ningún chileno, así se generaría un excedente anual de US 5.200 millones
de dólares, serían $2.600.000.000.000 de pesos. Con ello se podría
aumentar de manera inmediata en 120 mil pesos la jubilación a todos los
pensionados de Chile o se podrían construir más de 200 mil viviendas
sociales cada año, también se solucionaría el problema de la educación,
entre otros problemas a nivel país.
Acabar con este robo depende de cada uno de nosotros, ya es hora de reaccionar.
Gonzalo Cid Vega.
Ingeniero Comercial.
Economista, Fundación CENDA.