domingo, 20 de marzo de 2016

Pensiones miserables


La cruda realidad que atormenta a casi dos millones de chilenos: Pensiones miserables


Por Mario López M.

• Cerca de un millón de personas perciben pensiones básicas solidarias en nuestro país, lo que equivale a $89.764 mensuales. De los jubilados, más del 74% recibe menos de 147 mil pesos al mes.

• La promesa era pagar el 70 % del último sueldo al pensionarse; hoy se entrega solo el 30% de esa suma. Las mujeres y la clase media son las más perjudicadas. De los casi 10 millones de chilenos cotizantes, solo el 50% paga efectivamente imposiciones.



Resulta penoso ver en ferias públicas a ancianos y pensionados esperando que terminen las ventas para pedir la fruta y verdura que no fue vendida por estar, en parte, en mal estado. Lo mismo sucede en supermercados con productos que se enajenan a menos precios a la hora del cierre y que no podrán estar en condiciones al día siguiente, como el pan o los pollos asados. Los venden casi al costo. Esa es la realidad oculta de cientos de miles de chilenos a quienes no les alcanza con qué vivir con sus jubilaciones, si es que las tienen.

José Piñera Echenique, creador de las AFP en su libro "El cascabel al gato", señalaba respecto del sistema: "Era preferible fijar el porcentaje de la cotización que definir de antemano el monto de la pensión resultante. Si todo iba razonablemente bien, nuestros cálculos indicaban que, ahorrando mensualmente un 10% de la remuneración, las pensiones podrían alcanzar a montos equivalentes al 70% de ella al final de la vida de trabajo".

¿La gran estafa?

¿Por qué entonces al más de un millón de chilenos que han jubilado con un ingreso promedio de $ 679.975 -según el informe 2015-2016 de la Superintendencia de Seguridad Social, se le paga en promedio no más de 204.757 pesos mensuales? "Si se hubiera cumplido con lo comprometido, es decir, pagar el 70% del último ingreso, las pensiones promedios debieran ser de $509.981 mensuales", denuncia el abogado, exembajador y exparlamentario Ricardo Hormazábal.

Para el exdiputado DC, "para analizar el éxito o fracaso del sistema es necesario preguntarles a sus autores qué se ofreció. Y José Piñera aseguró que se iba a garantizar el 70% de los últimos ingresos que el que jubilaba percibía. Lo anterior requería cumplir ciertos requisitos, entre ellos, que el sujeto impusiera en total un poco más del 17% de sus remuneraciones (incluidos pensiones, salud, seguros de invalidez etc.). Además un requisito marginal era que los fondos, manejados por los privados, tuvieran una rentabilidad mínima anual del 4%. Si eso se daba, se garantizaba un 70% de la última remuneración", recuerda Hormazábal.

¿Qué pasó? Se pregunta y responde él mismo: "La Superintendencia de Seguridad Social entrega cifras que permiten evaluar qué tanto se ha cumplido de aquello: en Chile hay cerca de un millón cien mil pensionados con una pensión promedio de 198 mil pesos. Ello es necesario contrastarlo con el salario promedio en nuestro país, el que según datos de las propias AFP alcanza a cerca de 700 mil pesos. Luego, no se cumple de manera alguna la promesa del sistema".

Para quién rentan las AFP

Conforme a su creador, José Piñera, las Administradoras de Fondos de Pensiones debieran rentar un 4% para hacer viable la tasa de retorno prometida. Esa ha sido justamente una de las excusas que las AFP esgrimen para justificar lo que finalmente pagan a quienes han jubilado en el sistema.
Ello no es cierto para Hormazábal: "No les falló la rentabilidad de los fondos, la que ha sido muy superior al 4% de rentabilidad anual que se requería. Ellos mismos (AFP) publicitan que la rentabilidad promedio de los últimos 33 años ha sido de 8,2% promedio real anual. Es decir, habiendo aplicado la rentabilidad que habían ofrecido, no se entiende por qué pagan 30 y no 70% de la última renta", señala.

Las AFP administran los fondos de los cotizantes y los invierten en el país y en el extranjero a su arbitrio. Las pérdidas no tocan a las administradoras, sí al futuro jubilado. Del total de los fondos de pensiones en poder de las AFP, el 58,6% se quedan en Chile y el 41,4% en el extranjero. Las 6 administradoras que operan en el país invierten MM$107.301.226 en total.
Según el experto del Cenda Manuel Riesco, "en realidad no es un sistema de pensiones, porque en los sistemas de pensiones lo que se recauda se usa para pagar pensiones. En este sistema lo que se recauda se desvía hacia los mercados de capital, es decir, es un sistema de ahorro forzoso".

Para Rodrigo Pérez Mackenna, presidente de la Asociación Gremial de AFP de Chile, "el sistema de cobros que hoy existe es adecuado, porque hay que entender que la plata de los trabajadores es exclusivamente de los trabajadores, no se puede tocar, la administradora cobra una comisión por administrar esos recursos y no se beneficia directamente en nada si le va muy bien ni se perjudica si hay rentabilidad negativa.
Hay que entender que en el largo plazo las rentabilidades han sido extraordinarias y más que duplican lo que se esperaba. Hoy los fondos acumulan más de 170 mil millones de dólares de nueve millones y medio de trabajadores. El 70% de eso son utilidades y el 30 son aportes de los trabajadores", señala  ratificando que la rentabilidad supera el mínimo establecido.

Si de excusas se trata...

"Las AFP que tienen casi 10 millones de afiliados y los fondos que las administradoras manejan corresponde a una gran parte del presupuesto del país. Solo lo que está depositado en ellas equivale al 7% del Producto Interno Bruto en Chile y todo eso es manejado por 6 gerentes generales, dándose una imagen falsa de que el modelo ha resultado, lo que se desmiente solo al mirar las indignas pensiones que recibe la gente al jubilar", denuncia Hormazábal.

En Chile, por ejemplo, las AFP han invertido en La Polar, Penta, empresas de las Cascadas y Soquimich, las que han arrojado importantes pérdidas a los fondos involucrados, pero ellas no han dejado de cobrar sus comisiones. Y estamos hablando de cerca de 200.000 mil millones de dólares que disponen para invertir en total.

"La estrategia que siguen las AFP y que es muy exitosa y que en teoría de finanzas se conoce como diversificación, es que se ponen los huevos en miles de canastas, por lo que lo que pueda ocurrir en una o más de ellas no afecta el total de las inversiones", explica Pérez Mackenna. Aun así, a pesar de los riesgos no han sido retirados todos los fondos desde dichas empresas hasta hoy.

Otra de las "razones" que se esgrime desde la industria de las AFP es que al instaurarse el sistema no se preveía que el promedio estimado de vida de los chilenos aumentara de la manera en que lo hizo. Ello es un tema de máxima prioridad para el presidente de la Asociación de AFP: "en Chile de verdad tenemos que poner esto en el debate público con la relevancia que merece. Vamos a pasar en un corto periodo de tener un 12,5% de personas en edad de jubilar a 25% (...) si la esperanza de vida sigue aumentando, bueno, vamos a tener que trabajar más tiempo", señala.

En 25 años más, de continuarse con el sistema, se llegará a una pensión promedio (valor al día de hoy), cercana a los 82 mil pesos, lo que arrastraría a cerca del 70% de los jubilados del país. Existe unanimidad en el diagnóstico, pero no pasa lo mismo en las soluciones. ¿Cuánto más habrá que esperar? y ¿cuántos jubilados alcanzarán a estar vivos para cuando esa solución llegue?

Perjudicados: La clase media y las mujeres

La clase media no tiene acceso a los subsidios que se conceden a los más desposeídos ni el dinero que los más poderosos poseen para mejorar su previsión vía aportes voluntarios. "Una gran carencia sigue subsistiendo; la gran clase media está excluida de la protección social, pues se siguió la doctrina de Friedrich von Hayek, padre del neoliberalismo, que tiene muchos seguidores en el país. Él sostenía que la idea de justicia social es un pretexto para cuidar a una clase parasitaria, que es la clase media. Relevante en el perjuicio de la clase media en nuestro país ha sido el sistema de AFP, porque es el nudo gordiano de la desigualdad en Chile, porque no tiene ningún efecto en la redistribución del ingreso", señala Ricardo Hormazábal.

Para el profesional, lo anterior va en contra "de la historia de Chile, los acuerdos de la OIT e incluso en contra de la experiencia que viven hoy los países de la OCDE. Por eso Chile aparece en los estudios internacionales como uno de los países en que hay más inequidad en el mundo", sostiene.

Pero son las mujeres las que más fuerte sufren el impacto, sobre todo si son las jefe de hogar. Señala Pérez Mackenna: "Por ejemplo ellas hoy día en Chile, en promedio, cotizan por 15 años para financiar una pensión por 30 años. Eso claramente no está bien".

Según Hormazábal, "para José Piñera y la concepción imperante impuesta por la dictadura y mantenida actualmente, cada uno de los sectores postergados, entre ellos las mujeres víctimas de un trabajo marginal, tienen que recibir lo que han sido capaces de ahorrar. Solo a los más pobres debe atender el Estado, pero con una variedad, pues no está presente el concepto de redistribución de los ingresos".

Para el exparlamentario el Estado debe asumir su rol social, tiene que tener una respuesta para estas personas que requieren de apoyo: "Todas las personas deben tener una cobertura en proporción a los años que hayan impuesto, no debiendo existir ningún chileno que no tenga a lo menos una pensión básica solidaria".

Cómo salir del entuerto

La tarea no es fácil, según Hormazábal. Sin embargo, lo primero que se debe hacer es atender a los más desposeídos: "Si al millón de personas que tienen hoy una pensión miserable se les aplica la Pensión Básica Solidaria, casi se duplican las pensiones. Debe haber además aporte del empleador para construir una plataforma mediante un sistema solidario similar al de los militares, que mantiene un sistema de reparto en que una pensión de un oficial en 2012 era en promedio un millón 400 mil pesos, de los cuales el 90% lo aporta el Estado y el resto proviene del ahorro, mientras las pensiones de civiles eran de 180 mil pesos. Tampoco le afectan a los militares las expectativas de vida, pues jubilan a los 47 años con un título que los habilita para seguir trabajando", señala.

No es todo, para el profesional: "Se debe restablecer un sistema de seguridad social con un tope mínimo de 350 mil pesos con un aporte del trabajador similar al del empleador de un 10% cada uno como mínimo. También hay que cambiar el uso de los recursos, pues hoy el 42% de los recursos está fuera de Chile, debiendo invertirse en Chile. Estamos hablando de 74 mil millones de dólares, que es un presupuesto del país". Hoy, por cada 20 millones que una persona logre ahorrar, recibirá $100 mil mensuales de jubilación. Esto genera preocupación en los trabajadores, que en su mayoría deberían recibir una pensión cercana a los $150 mil pesos, tomando en cuenta variables como el salario mínimo.

Claro que debe evitarse que el empleador traspase a los trabajadores el costo de su aporte previsional. Para ello Hormazábal estima que"es necesario incentivar, sobre todo, al pequeño y mediano empresario. Lo primero que se debe tener claro es que el empleador descuenta de impuestos su aporte por ser parte de sus gastos, pero además se les debe apoyar con subsidios del Estado, como los existentes hoy a la mano de obra de los trabajadores jóvenes, por ejemplo". Dentro de la solución, señala que debe restablecerse un sistema de reparto optativo, crearse una AFP Estatal, pues si esta es capaz de captar al menos el 50% de los afiliados al actual sistema, imperarán mejores condiciones.
-« ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo! »