jueves, 26 de septiembre de 2013

Aportes miserables

Economista.

“Si se aportó una miseria ¿porque se pide al sistema que de más que una miseria?”, declaró recientemente uno de los apologistas de las AFP. La verdad es que las cotizaciones y subsidios fiscales aportados al sistema de AFP, en conjunto triplican el monto de las pensiones pagadas por éste. Así lo demuestra un estudio de CENDA, que analiza este sistema, establecido el año 1981 por Pinochet. 
Tres décadas más tarde y a dos del término la dictadura, todos los trabajadores y trabajadoras chilenas continúan forzados a afiliarse a las AFP, como sistema único de pensiones contributivas. Éste se apropia, mes a mes, de un gran excedente en dinero efectivo, el que ha venido canalizando, en su mayor parte, hacia los propios administradores del sistema y los mercados financieros. Al mismo tiempo, paga pensiones muy bajas. ¿Hasta cuando?
El año 2012, el Estado pagó directamente el doble de pensiones que el sistema privado, incluyendo las que perciben tres de cada cuatro adultos mayores; aparte de las pensiones militares. Financió el 80 por ciento del monto de las pensiones civiles: el total de las que paga directamente y más de dos tercios de las que paga el sistema privado. Es decir, en Chile, el Estado carga con casi todas las pensiones, pero todas las cotizaciones se desvían a las AFP.
El estudio comprueba que ese año, las cotizaciones más que duplicaron el monto de las pensiones pagadas por las AFP y compañías de seguros, y el Estado aportó adicionalmente, subsidios equivalentes a dos tercios de éstas. El flujo mensual aportado al sistema, menos los beneficios pagados por éste, dejan así un enorme excedente en dinero efectivo. En su mayor parte, éste se transfiere de inmediato a los mayores grupos económicos que operan en Chile, incluidos los propietarios de las AFP, o se exporta a los mercados financieros internacionales.
A la pasada, las AFP y compañías de seguros, se embolsan comisiones y primas netas, cuyo monto acumulado se aproxima al total de las pensiones pagadas; dichos cargos equivalen a más de uno de cada tres pesos cotizados desde su creación.
Los montos de las pensiones son inciertos, dependiendo de las veleidades de los mercados financieros internacionales, que en los últimos seis años han generado más pérdidas que ganancias al fondo de pensiones. Se reducen periódicamente, al aumentar la esperanza de vida de los afiliados y no representan sino una parte menor de los últimos ingresos en actividad.
Ello fue reconocido por la reforma de la Presidenta Bachelet, que estableció un esquema paralelo de pensiones solidarias, de cargo fiscal, para cubrir a quienes no recibían pensión alguna y suplementar las pensiones más bajas.
Los aportes previsionales solidarios (APS), conjuntamente con las anteriores garantías estatales de pensión mínima (GEMP), suplementan actualmente a la mitad de las pensiones pagadas por el sistema privado. Estos subsidios incrementan el monto del conjunto de las pensiones privadas, en más de una sexta parte. Adicionalmente, dicho monto se ha incrementado en más de una quinta parte, al contabilizar los “bonos de reconocimiento”, entregados por el Estado a quiénes se cambiaron desde el antiguo sistema.
De este modo, los montos de las pensiones privadas se incrementan, en promedio, en más de un tercio, al contabilizar estos aportes fiscales. En el caso de aquella mitad de las pensiones que reciben APS o GEMP, la contabilización de los aportes referidos las incrementan en un 73 por ciento.
El aporte fiscal en dinero efectivo, representa una proporción todavía mayor del monto de las pensiones pagadas por el sistema de AFP: dos tercios el año 2012 y tres cuartos desde 1982. Sin embargo, su incidencia sobre el monto de las pensiones pagadas se reduce, debido a que el Estado traspasa cada año el monto íntegro de los bonos de reconocimiento de las personas que cumplen su edad legal de jubilación, pero las AFP imputan solo una pequeña parte de dicho monto a las pensiones pagadas cada año.
Aquellos que quedaron al margen del sistema solidario, es decir, quienes reciben pensiones superiores a los 266.000 pesos mensuales, reciben asimismo pensiones muy reducidas. De este modo, en los hechos, los trabajadores de ingresos medios se han quedado sin pensiones.
Ello afecta de modo aún más severo a los funcionarios del Estado, a quiénes se cotizó durante años por menos de sus ingresos totales. Todas las mujeres son discriminadas, puesto que son el único grupo al que se aplica una tabla diferenciada en función de su mayor expectativa de vida, la que resulta en pensiones significativamente inferiores a los hombres que han acumulado el mismo fondo al jubilar.
Ello es reconocido hoy día de manera unánime. Por este motivo, las pensiones han vuelto al centro del debate público. Todos los candidatos presidenciales y parlamentarios se refieren al problema de las bajas pensiones y proponen alternativas de solución.
Sin embargo, hasta el momento, las propuestas con mayor presencia en los medios proponen más de lo mismo: aumentar las cotizaciones o mejorar la competitividad del sistema creando una AFP estatal, aumentar los subsidios públicos o, derechamente, reducir aún más los derechos previsionales de los chilenos y especialmente las chilenas, elevando su edad de jubilación.
Por otro lado, las principales organizaciones sociales, encabezadas por la CUT han levantado la exigencia de terminar con las AFP y reconstruir un sistema público basado en el mecanismo de reparto. Este trabajo argumenta que ese camino no sólo es factible, sino que constituye la única manera de mejorar sustancialmente las pensiones de hoy.
Al terminar con el sistema de AFP, el Estado recuperará las cotizaciones y subsidios que hoy se apropian las AFP, que el año 2012 sumaron 5,8 billones de pesos. Ello que le permitiría pagar todas las pensiones del sistema incluidos todos los subsidios a las mismas, a un costo de 1,1 billones de pesos anuales. Exceptuando, desde luego, las pensiones vitalicias que hoy pagan y deberán continuar pagando las compañías de seguros, puesto que se han apropiado del fondo completo de sus afiliados. Quedaría así un excedente de 4,7 billones de pesos por año, equivalente a unos nueve mil cuatrocientos millones de dólares anuales.
Ello permitirá duplicar las pensiones que paga el sistema privatizado, incluidos los subsidios, a un costo de 2,3 billones de pesos anuales. De este modo,  se equipararán con las del antiguo sistema público para trayectorias laborales similares. Quedará todavía un excedente de más de un 2,4 billones de pesos anuales, que permitiría mejorar otras pensiones y ahorrar para el futuro. Todo ello sin aumentar las cotizaciones ni tocar el fondo de pensiones.
Precisamente por estos motivos, Polonia, Hungría, Bolivia y Argentina han terminado con los símiles parciales del sistema de AFP que habían implementado en décadas pasadas. Al igual que ocurrió en todos esos países, seguramente habrán muchas críticas al hecho que el Estado asuma nuevamente las pensiones de sus ciudadanos, pero nadie, ni una sola voz, se levantará en defensa de las AFP.
 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Definitivamente las AFP"s ya no dan para más 2.0


Claudio Pereda Madrid: En treinta años el sistema no sólo ha incumplido su promesa. Las entidades privadas acumulan demasiado poder y su influencia está superando con creces el aspecto estrictamente previsional. El abogado Ricardo Hormazábal dice que este sistema ya no funcionó.

En un solo día, los fondos de pensiones perdieron a fines de julio el equivalente a cinco estadios de fútbol refaccionados como el Regional de Antofagasta "Calvo y Bascuñán", presentado en marzo pasado por el Programa Chilestadios que desarrolla el Instituto Nacional de Deportes. En total, más de US$100 millones. La sexta parte de lo acumulado por el sistema de AFP´s durante el año anterior.

Todo gracias a la decisión de la empresa rusa Uralkali, una de las principales productoras de potasio en el mundo, de no continuar exportando el elemento químico a través del consorcio BCP (Belarusian Potash Company), lo cual puso fin al cartel de productores de fertilizantes. ¿Qué tienen que ver los fondos de pensiones de millones de chilenos con esa decisión tomada a más de 15.000 kilómetros de distancia? Que la compañía chilena SQM es una de las que se ve seriamente afectada con la decisión de Uralkali y en esa empresa los fondos que manejan las AFP tienen altas participaciones bursátiles directas.

La situación no se condice para nada con la polémica publicidad que reputados actores identificados hacen del sistema de AFP´s, en donde se ríen de tener los ahorros previsionales en chanchitos de greda. Lo cierto es que la situación real de los fondos de pensiones no da para mirar con tanto desdén guardar el dinero producto del trabajo de toda la vida en otras alternativas.

Flojera bursátil

Cuando hizo su ingreso, en plenos años de dictadura, el sistema de AFP´s fue presentado como la gran solución al problema que enfrentaban los aparatos estatales de previsión: los bajos porcentajes de natalidad y el aumento de manera importante en la esperanza de vida de las personas. Las administraciones públicas alegaban que se trataría de un fuerte golpe a las arcas fiscales y que éstas iban a ser incapaces de enfrentar. Por eso se diseñó una fórmula en la que privados administrarían los fondos con la idea de incrementarlos a través de un sistema de ahorro individual.

Primero, el cambio fue voluntario. Luego, a partir de diciembre de 1982, fue el único existente. Con una salvedad: los funcionarios de las Fuerzas Armadas siguieron cotizando bajo el sistema antiguo. Transcurridas ya casi tres décadas, lo cierto es que -por una parte- el sistema no ha cumplido su promesa y, por otra, queda claro por qué los uniformados, en plena dictadura, optaron por no seguir sus premisas. A comienzos de año, el consejero del Banco Central, el economista Joaquín Vial, comentó en un seminario académico un dato para la depresión más absoluta: "El 60% de los cotizantes activos que entró al sistema de las AFP a comienzos de los 80 posee saldos inferiores a los $20 millones, lo que significa que su pensión no supera los $150.000 mensuales". La cifra es espantosamente paupérrima: poco más del 70% del sueldo mínimo vigente.

Además de todo lo mal que ha funcionado el sistema de AFP´s, lo ocurrido con la empresa rusa puso de manifiesto otra de sus cojeras: la incapacidad de rentabilizar bien sus inversiones bursátiles. En la fase de triunfo, en rigor, sólo ganan las empresas que reciben la inversión. En la etapa de derrota, pierden los bolsillos de los chilenos. El consejero del Banco Central sostuvo en el encuentro citado que "una forma de mejorar las pensiones es una mayor rentabilidad de las inversiones que hacen las AFP. Si sólo aumentaran su rentabilidad en 1%, el efecto en la pensión de los hombres aumentaría el 26% y en la de las mujeres el 22%".

Más eficiencia y rentabilidad

Para Rafael Garay, economista y director de estudios de "Felices y forrados", la gran solución para mejorar las pensiones "pasa por aumentar las rentabilidades de los fondos, sin necesidad de que eso implique una disminución en el sueldo de los trabajadores". El experto ha subrayado que el mal desempeño de las AFP en el mercado financiero significó, por ejemplo, "que en junio de este año se borrara más de la mitad de las ganancias que llevaban en el año las inversiones de las AFP".

Por ello, el experto sostiene que sin aumentar la edad de jubilación ni hacer grandes cambios al sistema o a las condiciones laborales actuales, y sólo centrando el punto en inversiones más eficientes, el sistema mejoraría su performance. "Si las personas cotizan a una rentabilidad constante, las pensiones van a subir", señala. Sin embargo, considera que es posible hacer cambios importantes, sobre todo hacia un sistema más solidario y potente. "Si por cada persona que nace se le abre una cuenta de pensiones en ese momento y se ingresa un millón de pesos, se puede arreglar el problema", comenta.

Si bien es de los que piensa que el sistema no está tambaleando, sí cree que sus defensores han tomado una posición facilista de crítica a los otros y muy poco de mirarse a sí mismos. Cree que ideas como aumentar la pensión, jubilación más tardía y pedir que ahorren las personas, no se comparan con el hecho de centrar el tema en el cambio de viabilización de las comisiones y en el aumento de los niveles de rentabilidad y eficiencia.

El cascabel que atraganta al gato

Para el abogado Ricardo Hormazábal, presidente de Acusa Chile AFP, el sistema derechamente no funciona. El ex parlamentario explica que los principios que inspiran el sistema no bailan al ritmo de la seguridad social como se entiende  en casi todo mundo y que exhibe una injustificada desigualdad entre quienes se mantuvieron en la fórmula de reparto y los diez millones de afiliados que no han tenido libertad para elegir.

"Las AFP son la causa del título mundial en desigualdad económica y social que nos hemos ganado,  ya que con nuestra plata se financió la privatización de empresas del Estado, se controlan las empresas más grandes, se llevan nuestro dinero al exterior en vez de financiar el desarrollo chileno y se han repartido utilidades que se calculan en  más de $1,2 millones de millones, contando sólo desde 2009 a la fecha", explica. Y anota consecuencias que superan lo previsional: "Han producido un evidente daño a la democracia, la libertad de prensa  y la educación, ya que controlan casi todos  los medios de comunicación, buena parte de las  universidades  e influyen indebidamente en  políticos de todos los sectores".

En lo medular, Hormazábal destaca que las AFP no han cumplido su promesa de dar pensiones superiores al  70% de las últimas remuneraciones, llegando sólo a menos de la mitad de ese porcentaje. El abogado replica a José Piñera, el ex ministro del Trabajo en dictadura y bajo cuya administración se instauró el sistema, siendo considerado por ello como "el padre de las AFP". El también hermano del actual primer mandatario ha polemizado con el propio presidente al negar que el sistema haya garantizado un porcentaje de pensiones.

Hormazábal dice que el ex secretario de Estado de Pinochet falta a la verdad. El abogado sostiene que en el libro "El cascabel al gato", en la página 18, José Piñera plantea claramente que "si todo iba razonablemente bien, nuestros cálculos indicaban que ahorrando mensualmente un 10% de la remuneración, las pensiones podrían alcanzar a montos equivalentes al 70% de ella al final de la vida de trabajo. Se estima que una pensión de este orden permite al trabajador un nivel de vida similar al de antes, ya que el pensionado tiene menos gastos que el trabajador activo, siempre que exista un buen sistema de seguro de salud".

En ese sentido, cabe destacar que en febrero del año 2010 la propia Asociación de AFP sostuvo en El Mercurio que si un trabajador cotiza el 100% de los años de trabajo, su pensión  sería un  166% de su última remuneración y que si sólo alcanzara a imponer el 60% de su vida laboral, su pensión sería del 100% de su última remuneración.

Por angas o por mangas, el sistema de AFP´s no da para más. Si bien se debe definir la manera en cómo mejorar un sistema que en treinta años no cumplió su promesa, para muchos una AFP del Estado se aprecia como un buen primer paso. Si bien su existencia no mejora las pensiones, sí sería un elemento efectivo para dosificar el actual poder de las actuales entidades privadas.

La critica voz de Ricardo Hormazábal

¿Es posible decir que el sistema le permite financiarse a las empresas privadas con capital de las AFP´s sin que éstas re-inviertan en los fondos? O sea, sólo sacan dinero, pero no re-ingresan. ¿Es tan así?...
- Ni un peso de las empresas ingresa al Fondo de Pensiones como aporte patronal o como reinversión. Sólo pueden ingresar recursos derivados de ellas, si hay utilidades en las acciones o bonos que emiten para que sean adquiridos por las AFP´s. Nuestras pérdidas por la crisis sub prime, La Polar y otras han sido superiores a un presupuesto anual de Chile. Desde el 2008 los empleadores pagan el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia, de cargo de los trabajadores por 27 años, con tasas cercanas al 3% y hoy con un valor de 1,4% de las remuneraciones del trabajador.

¿Su opinión implica volver al antiguo sistema o generar uno nuevo?
- Primero digamos que otra mentira de José Piñera debe ser expuesta. El sistema de reparto corrigió todas sus deficiencias en virtud del DL 2448 de febrero de 1979, según lo afirma el propio ex ministro en su libro "El cascabel al gato". Segundo, las Fuerzas Armadas siguen estando en el sistema antiguo de reparto y allí deben permanecer, con las modernizaciones indispensables. Personalmente soy partidario de un Sistema de Seguridad Social que, por definición, es solidario, de reparto en la base y público, no estatal.

Para todos los que vivimos en Chile, un piso común, hoy cercano a los $ 80.000, valor de la Pensión Básica Solidaria, es un gran aporte del gobierno de Michelle Bachelet. De ahí para arriba, una proporción en relación a los años de imposiciones efectiva al cumplir 60 años las mujeres y 65 los Hombres. Su financiamiento se logra con un 5% de las remuneraciones de cada trabajador aportado por los patrones.  Ricardo French Davis y Schmitd  Hebel, de posiciones muy distintas, coinciden en un aporte patronal al menos del 3% de las remuneraciones.

En las instituciones que lo administren debe haber participación de trabajadores, empleadores y gobierno. Los recursos deben invertirse en proyectos que den trabajo y mejoren la calidad de vida  en Chile.

Jubilado, pero no tanto

Del antiguo sistema previsional:
 El IPS registra 727.987 pensionados. De ellos, 5.180 siguen cotizando (un 0,7%) porque aún se sienten productivos o debido a que la pensión no les alcanza.
¿Qué derechos y obligaciones laborales les asisten? 

Gloria Rubilar está próxima a cumplir los 60 años y jubilará del sistema público de pensiones, donde ha cotizado toda su vida. Su sueldo es de unos $800 mil, pero su pensión será del orden de $300 mil. "No me queda otra que seguir trabajando para incrementar mis ingresos", comentó.
En tanto, Luis Rodríguez, pese a que percibe un beneficio jubilatorio que le permite vivir con relativa tranquilidad, no quiere retirarse a los "cuarteles de invierno". A sus 67 años, se siente todavía productivo.
Según estadísticas del INE, en 2010, los mayores de 60 años sobrepasaron los dos millones de personas, lo que equivale a un 13% de la población. Y se espera que para el 2020 esa cantidad alcance los 2,2 millones. De hecho, en el censo de 2002, en nuestro país vivían más de mil cien personas que superaban los 100 años de edad.
Por otro lado, de acuerdo a las cifras de la Superintendencia de Pensiones (febrero de 2013), el antiguo sistema previsional -que administra el Instituto de Previsión Social (IPS)- entrega jubilaciones promedio de $179.282 y el sueldo promedio de sus cotizantes, en igual período, es de $565.762.
Hoy, un trabajador al jubilar percibe aproximadamente un 33% del sueldo que tenía mientras estaba laboralmente activo. Esto quiere decir, en palabras de expertos en temas previsionales, que para obtener una jubilación de $500 mil se requiere tener, al menos $93 millones acumulados. Es decir, por cada $20 millones que ahorre una persona para su previsión, se logra un beneficio de alrededor de $108 mil.
Sin duda son dos motivos poderosos para que quienes se jubilen por vejez -al cumplir la edad legal para ello- continúen trabajando. Pensionados, pero no tanto. Remitiéndonos exclusivamente a los afiliados del antiguo sistema, en esa calidad, ¿cuáles son sus derechos y obligaciones, en caso de no cambiarse a una AFP? ¿Deben seguir cotizando?
Según el IPS, es obligación de todo trabajador dependiente imponerse en una institución de seguridad social, aunque se encuentre pensionado. Así, tiene que cotizarse para salud (7%), para el fondo de pensiones y para el seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales (tasa básica del 0,95% más cotización adicional diferenciada en caso que procediere).
Ahora bien, si se desempeña en dos o más empleos o si es pensionado y continúa trabajando, ¿debe cotizar para salud en todas las remuneraciones que percibe? Sí, tiene que hacerlo, ya sea que se encuentre afiliado a Fonasa (7%) o a una isapre (7% o el porcentaje pactado si fuere superior). En todo caso es importante saber que si las sumas de las cotizaciones de salud exceden el precio del plan convenido con una isapre, se generarán excedentes a favor del afiliado, cuyo destino será el que haya acordado con la institución.
La pregunta clásica, entonces, es ¿para qué le sirven las nuevas cotizaciones? Le servirán para rejubilar en la misma entidad o pueden originar una nueva pensión en otra de las ex cajas del régimen antiguo. En este último caso, a modo de ejemplo, es posible acceder a una pensión de vejez al cumplir 60 años (las mujeres) o 65 años (los hombres), si reúne, además, 10 años de imposiciones computables. Si es pensionado del ex SSS y sigue trabajando y cotizando para el mismo servicio, tiene derecho a un incremento de pensión por cada 150 semanas de nuevas cotizaciones.
Y si jubiló por la ex Empart y sigue trabajando para un empleador que le cotiza en la misma ex caja o en uno de sus organismos auxiliares, el jubilado debe renunciar a su pensión, después de cinco años de nuevos servicios.
Esta incompatibilidad no se produce, en cambio, si el jubilado, en el desempeño de su nueva actividad y dada la naturaleza de sus labores, tenga que imponer en una caja del sistema antiguo distinta a la nombrada o se afilia a una AFP.
Expectativas

Según estadísticas del Ministerio de Salud, la esperanza de vida de los chilenos en el período 2010-2015 es de 79,10 años. Las mujeres superan a los hombres con 82,81 años contra 76,12 años. 
¿Y si es por invalidez?
¿Puede seguir trabajando un imponente que ha jubilado por invalidez en un determinado régimen previsional?
Según el IPS, puede seguir laborando si su capacidad residual se lo permite. Además, deberá cotizar para el fondo de pensiones, fondo de salud, seguro de cesantía y seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
Si jubiló por una invalidez específica, solo estará impedido de trabajar en una actividad que exija plena capacidad de la habilidad por cuya pérdida fue declarado inválido.
-« ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo! »